Conversaciones en el Bar de siempre ( parte V) ( Jesús y Maria)

MARIA.

…..No hay nada que hacer María, Paula no quiere saber nada mas de mi, ella ha tomado esa determinación y yo la voy a respetar.

Creo que no se merece a un chico como yo, se que ahora lo estoy pasando fatal, pero también se que esto no durará para siempre, no le deseo que en un futuro se arrepienta de su decisión, pero si se arrepiente, al menos se habrá dado cuenta lo que ha perdido.Yo la quería de verdad, la apoyaba, la entendía y la necesitaba, pero ya sabes que esto del amor no siempre es recírproco y creo que he tomado una decisión, voy a seguir adelante con mi vida, es lo mejor que puedo hacer, dicen que algo solo es tuyo si después de dejarlo volar vuelve a ti, asique, no hay mas que yo pueda hacer sino dejarla volar de mi mente.

Siento ser tan brusca Jesús,( le dijo ella mirándole fijamente a los ojos) pero creo que a la larga su indiferencia te va a ayudar, y también creo que se dará cuenta de lo que tenía, y probablemente cuando se la de ya sea tarde, pero en fin, tu no tienes que preocuparte ya por eso, se que es duro, yo también lo pasé con Jose, ¿Recuerdas a Jose? aquel novio que tuve tan guapo con esos ojos tan azules que se te clavavan dentro..., y yo no fui capaz de ser tan fuerte como tu, pero estas haciendo lo correcto, lo mas doloroso, pero lo correcto al fin y al cabo.

(.....la camarera de siempre nos trajo lo que habíamos pedido, yo siempre pedía café con leche y con hielos para la sobremesa y María en esta ocasión pidió un zumo de piña, con mucho hielo, pues había comido salado y quería algo que la refrescara.....)

Lo se María,( le dije de forma serena y clara)  hoy me he dado cuenta de que no hay nada que hacer, hace días le escribí una carta a Paula, y ni se ha dignado en contestarme, ni un mensaje de que la ha leido. Ella no me quiere María, no me quiere, y cuanto antes lo acepte, antes podré olvidarla, hoy, después de estas semanas infernales, es el primer día que tengo ganas de seguir adelante con mi vida sin ella.

Me alegra oirte eso Jesús, ahora no te das cuenta, pero creéme cuando te digo, que es ella la que ha perdido en esta historia. ......



Gracias por estar siempre ahí querida María.
No tienes porqué dármelas.